Volar, no escapar
- Celia Mendez
- Joven estudiante interesada por muchas cosas, una de ellas, cómo no, la moda.
miércoles, 14 de julio de 2010
dedos
Mis dedos temblaban al mismo tiempo en el que las teclas de mi ordenador hacían el ruido que acostumbran a hacer. Los sentimientos de añoranza, anhelo y ansia sobrepasaban el cupo el cual mi corazón estaba dispuesto a soportar en aquel momento. Me desesperaba. Recordaba cómo tus manos solían recorrer mi cuerpo, mis brazos, mis piernas, mi vientre, mis mejillas, mis orejas. Recordaba cómo tus besos y tus caricias me hacían estremecer entre las sábanas en las que cada cierto tiempo, generalmente muy amenudo, nuestros cuerpos se encontraban y permanecían juntos horas y horas. Ni mi corazón ni me mente te olvidan, pero si es cierto que una parte de ellos queda anestesiada ante la persistencia del dolor.
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