domingo, 27 de junio de 2010

Intento de ensayo sobre Alexandre

Alexandre es, según su pasaporte, un Belga-Brasileño. Yo le considero más canario que el mojo. No está cubierto de chocolate ni corre cerveza por sus venas, asi que lo de belga queda descartado. Tampoco orina Caipirinha ni estornuda farofa de trigo, con lo cual lo de brasileño también queda descartado. Alexandre es mi mejor amigo y mon pettit-ami aussi. Creo que sólo el 13% de las personas que le conocen saben que se llama así, porque todos le llamamos Pupi. No, Alexandre no es tampoco un perro. Conduce un SúperPolo, aunque a mí me gustaba más el Mercedes 190, quedaba más vintage y retro. Alexandre toca la batería, y la toca de puta madre, como otras cosas. Tiene un grupo que es un poco friki dentro de su ámbito, siempre salen con chalecos reflectantes empapados en sangre artificial en sus conciertos, pero no es Ketchup, ellos tienen más caché como para utilizar ese viejo truco. Pupi, llamémosle ahora así, ama el mar. Bucea, bucea tanto que puede llegar a las profundidades del muelle y cuando sale siempre saca algo muy extraño y fuera de contexto, la última cosa que me más me sorprendió fueron unas gafas de sol Ray-Ban. Le encanta navegar. Por su cumpleaños me encantaría alquilar un velero y dar la vuelta a la isla, o tal vez al mundo, pero tendría que hipotecarme de por vida. Le gusta tanto el mar que se ha condenado a estudiar "Radioelectrónica Naval", digo condenado porque sus compañeros son incompetentes y no muy profesionales, muchas veces le putean. De todas formas, yo confío en él y sé que saldrá adelante con mucho éxito. Pupi me ha enseñado muchas cosas. Me ha enseñado a disfrutar el momento. A que me de igual que mamá me diga que he de estar a las 12 en casa, porque el tiempo que estado fuera lo he pasado genial. A que no vale la pena discutir con mis padres o amigos, porque tarde o temprano las cosas se terminan solucionando y que por todas las cosas por las que nos hemos preocupado ya no tienen importancia. Sinceramente, no sé si le gustará la idea de que escriba esto sobre él. Alomejor se emociona mucho, o tal vez se sienta incómodo porque yo relate un cachito resumido de su vida. A mí me gusta hacerlo. A él también le gusta hacerlo. Volvamos a lo de escribir, espero que se lo tome bien si algún día llega a leerlo. Espero mejorar en el campo de la escritura para mejorar este pequeño ensayo sobre él y que se sienta orgulloso. Por último, no sé que escribir, terminemos con una frase sencilla y típica: "Él es fantástico." Buenas tardes blogeros.

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